

Mejora con las buenas prácticas
Y recuerda que las empresas no han de tener en cuenta solo los productos que elaboran o manipulan, sino también el entorno en que se desarrolla su actividad y el impacto que producen en el mismo. Por ello es imprescindible que las empresas apuesten por un sistema de gestión sensible con el medioambiente, capaz de cambiar aquellos aspectos más nocivos con el entorno, generar menos residuos, consumir recursos de manera más eficiente, y en definitiva reducir los impactos medioambientales derivados de su actividad.
Las buenas prácticas no siempre requieren cambios técnicos en los equipos, sino cambios en la actitud de las personas y en la organización de las operaciones. De ahí que puedan implantarse con rapidez y una baja inversión.