
Reducción de los residuos
A la hora de gestionar adecuadamente los residuos que producimos, no debemos olvidar que la jerarquía establecida en los principios fundamentales de dicha gestión establece un orden de prioridad, en cuyo primer escalón figura la PREVENCIÓN en la generación de residuos. Por eso, como opción prioritaria en la gestión de los residuos, la primera “R” siempre ha sido la REDUCCIÓN de su cantidad, confirmando aquello de que “el mejor residuo es el que no se produce”, es decir, adoptar todas las medidas posibles para que evitar generarlo.
En muchas ocasiones no somos conscientes de que en nuestros hábitos de consumo, incluso en nuestras pequeñas acciones cotidianas, podemos evitar la generación de un determinado residuo, o reducir significativamente su cantidad. Nuestra conciencia del problema y nuestra acción individual puede parecernos muy pequeña cosa, pero unidas a las de muchas más personas sensibilizadas con la conservación de los recursos naturales y la protección del medio ambiente, suponen una gran diferencia, y las cantidades de residuos que se pueden evitar y reducir nos sorprenderían, con el consiguiente beneficio medioambiental que ello supone.
A continuación, te presentamos algunas de estas pequeñas conductas y hábitos que pueden suponer esa gran diferencia. Indudablemente son muchos más, aplicados a otros ámbitos de producción y consumo de todo tipo de productos y recursos. También la reparación y reutilización de objetos de los que en algún momento hemos pensado en desprendernos, supone sin duda evitar la generación de residuos. Y por supuesto, tener un consumo responsable y no adquirir bienes y servicios que no nos sean realmente necesarios. Piensa en ello, sé consciente y busca la forma de reducir tus residuos.